Silencio absoluto en el Azteca
- Juan Pablo Cervantes Briones
- 22 may 2023
- 2 Min. de lectura
Minuto 87’ del partido, se respira mucha tensión y mucho nerviosismo en el ambiente. Los aficionados locales observan con el estómago revuelto de tantas emociones como el equipo rival no deja de aproximarse y atacar su área con la esperanza de conseguir esa anotación que les falta para clasificarse a la gran final.

Foto obtenida de Estadio Azteca
La pelota se encuentra en banda, a las afueras del área azulcrema, toda la gente se pone de pie a expectativa de lo que pueda pasar; muchos ven aquí la posibilidad de sacar ese grito de gol que tanto anhelan, y muchos otros esperan que la jugada no llegue al área y poder aguantar unos minutos más de agonía para poder respirar tranquilamente. El balón le llega a los pies al número 20 de Chivas, Fernando Beltrán, quien saca un gran centro que poco a poco va llegando a la zona de más peligro del cuadro americanista. Las pulsaciones van aumentando en cada aficionado del coloso de Santa Úrsula.
Jesús Orozco, el central número 13 del Guadalajara supera a su marcador con un gran salto y logra conectar potente cabezazo colocando el esférico lejos del alcance del arquero y mandándolo al fondo de la red.
La euforia se apodera de una gran parte del estadio, los hinchas rojiblancos no paran de saltar, de abrazarse con desconocidos que lo único que comparten es un gran amor por los colores que apoyan, gritan y festejan con toda su alma.
Por otra parte, los ultras de las águilas se quedan perplejos, completamente en shock, están viendo como se les escapa no solo el partido, si no también la posibilidad de acceder a la gran final contra el acérrimo rival.
Corren los últimos minutos del partido pero nada cambia, los rostros de los de Coapa reflejan una gran frustración y una terrible desilusión. Las lágrimas empiezan a correr de los ojos de varias personas que están presenciando un nuevo fracaso frente a ellos.
El árbitro silba y señala el final del encuentro, y las tribunas se estremecen con la porra del equipo ganador, que consiguió lo que muchos tachaban de imposible. Las gradas de poco en poco se van vaciando y un silencio absoluto resalta en la porra del cuadro local, que hace no más de dos horas de encontraba de fiesta e ilusionada con un nuevo titulo. El Estadio Azteca fue silenciado por completo.
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