La Batalla de los Sexos
- Arantza Belmont Guadarrama
- 19 abr 2023
- 3 Min. de lectura
El partido histórico de tenis que rompió barreras para las mujeres en el deporte
El 20 de septiembre de 1973 en Houston, Texas, se presenció “La batalla de los sexos”, un partido de tenis que pasó a la historia y cambió la perspectiva sobre el sexo “débil” en el deporte, demostrando que debilidad no hay.

Se encontraban en la audiencia una cantidad aproximada de 30,000 personas, junto con 90 millones de espectadores que observaban a través de la televisión, el segundo partido mixto “oficial” entre el retirado del tenis profesional y tres veces campeón del mundo, Bobby Riggs con 55 años, y una de las mejores jugadoras en el circuito femenino del momento, Billie Jean King con 29 años.
Más allá de poner la bola en juego, eran los debates, apuestas y juicios de género los que en realidad estaban por jugarse en la cancha. La audiencia dividida, unos apoyando a Riggs con una postura machista sobre lo innecesario del tenis femenino, y otros apoyando a King, feminista que buscaba la igualdad entre jugadores de tenis de ambos géneros, y quien semanas antes había conseguido la igualdad de retribuciones para mujeres y hombres en el torneo de US Open.

Previo al partido, se realizaron entrevistas a ambos jugadores. Riggs, bufón y orgulloso, no parecía dudar que se llevaría la victoria ese día, con el ego alzado por haber ganado meses antes el primer partido mixto contra Margaret Court, y que es recordado con el nombre “La masacre del día de la madre”. King, con gran contraste, se mostraba tranquila, concentrada, con una meta fija: ganar como sabía hacerlo.

La emoción del público se elevó con las particulares entradas de los jugadores. Billie Jean King entró a la cancha estilo cleopatra, siendo cargada por jugadores de futbol. Por el otro lado, Bobby Riggs lo realizó en carruaje acompañado de mujeres modelos y portando una chamarra que decía en la parte trasera “Sugar Daddy”. Posteriormente se dieron regalos, Riggs le dio una paleta gigante, bromeando con el término anglosajón sucker, y King le regaló un cerdito, haciendo referencia a la actitud de Riggs de “cerdo” por su fama de misógino y de mujeriego.
Ya en marcha en el partido, no demoró en ponerse emocionante. Billie Jean a pesar de no conocer el juego de su rival, por ser la primera vez que jugaban, supo jugar a su conveniencia, haciendo correr a Riggs con bolas de fondo de un lado a otro, lo que la llevó a ganar el primer de tres a cinco sets con 6-4.

Pasando al segundo set, las cosas se tornaron serias, o al menos para Bobby, ya que lo cómico y carismático que en un inicio se le veía, había abandonado su cuerpo y borrado su sonrisa ante ver el primer set perdido. Su caminar nervioso y tenso, no ayudaba ante la cantidad de errores no forzados que estaba cometiendo en la cancha, como dejar la pelota en la red o fallar los servicios. Riggs ante tal situación buscaba tomar carácter ante los ataques de su contrincante, mas el juego de ella no se prestaba para fallar o al menos para dejárselo sencillo.
King se llevó el segundo set 6-3, con una conducta calmada y un juego tenaz que hacía uso de volleys (su habitual juego), y que no daban a Riggs tomarse un suspiro. Ante tal fortaleza y visión mental, se llevó finalmente el tercer set 6-3 y el triunfo del partido, que dejó atónito al público, al ser previsto que el partido se alargara a los cinco sets.
Billie Jean King tenía muy claro antes, durante y al final del partido, que no se trataba sobre el tenis, de ganarle a Bobby Riggs, o de los 100, 000 dólares que se habían jugado, sino de lograr un cambio social. Actualmente King con sus 78 años, continúa mostrándose como una firme defensora y luchadora por los derechos de la mujer y del cambio social.
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